Como ya os comenté hace unos meses, me contrataron en un laboratorio especializado en el análisis de ADN que, entre otras cosas, determina el sexo de aves exóticas.
Pues, tanto hablar con criadores y dueños de pájaros, me ha llevado a interesarme más por ellos como mascotas. Así, una de las especies que más me llamó la atención fue la llamada "Nymphicus Hollandicus" o Ninfa.
Me gustaron sobre todo por lo simpáticas que son, su cresta y sus mofletitos naranjas. También es importante tener en cuenta su precio (35€~40€), los cuidados que necesitan y su tamaño.
Por todas estas razones decidí tener una ninfa, una ninfa macho. Los machos repiten sonidos y pueden llegar a decir alguna palabra simple. Por lo que una criadora de las que iban al laboratorio se comprometió a buscarme una ninfa y a sexarla para saber si era macho o hembra. Llevó muestras de dos ninfas y entre ellas había un machito muy bonito que me acabó regalando <3.
"El problema" era que acababa de dejar la papilla y mi madre quería criar a una Ninfa desde más pequeñita, así que, como fuimos a recoger a la ninfa a un mercado de animales, pues aprovechamos y compramos una ninfa bebé a otro criador.
Os las voy a presentar:
COCO:
Ya va cogiendo confianza conmigo y le encanta que lo saque de la jaula para que lo acaricie y ponerse en mi hombro.
BLANCA:
Aquí tenemos a la peque. Una ninfa lutina (amarilla, cachetes naranjas y ojos rojos) muy cariñosa que crece a pasos agigantados :) Aún come papilla, pero ha empezado a picar algunas semillas, por lo que eso indica que poco a poco irá dejándola.
Pues esas son mis dos nuevas compañeras de aventuras. De momento traen a mi perro, McFly, un poco de cabeza. A ver si pronto se acostumbra a su presencia y deja de alborotarse tanto cuando prestamos atención a las ninfas delante de él.
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