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lunes, 23 de abril de 2012

6º LIBRO DEL RETO COMPLETADO: SPUTNIK, MI AMOR

**ENMA**



Mi segundo libro de Murakami, con el que reafirmo mi amor hacia este autor, aunque también mi odio por los finales que da a sus obras.

Argumento:

K. nos cuenta la historia de su mejor amiga, Sumire. Una chica peculiar, aspirante a novelista que vive una desordenada vida, al margen de su familia y la sociedad. Su único amigo es el narrador, al cual puede contarle cualquier cosa.  Sin embargo, su vida cambiará cuando conozca a Myû, una mujer casada que lleva una empresa de importación de vinos. 

¿Me ha gustado?

Sputnik, mi amor, me enamoró de principio a... no, hasta el final no. Me gustó muchísimo todo menos eso. Sé que es una característica propia de su obra (y patatínpatatán) pero a mí no me gusta un pelo y es una pena, ya que el resto del libro me parece delicioso. 

Ya me pasó con Tokyo Blues y me vuelve a pasar ahora, acabo sin saber nada. Después de navegar por sus páginas y leer las historias de los protagonistas, todas las preguntas quedan en el aire, sin respuesta... Habrá gente que opine que ese tipo de final es el apropiado, pero a mí no me lo parece.

A pesar de lo dicho lo recomiendo encarecidamente, leer a Murakami es un placer que todo amante de la lectura debería experimentar. Aún así, su particular forma de narrar quizás no guste a todo el mundo, pero si te gusta no lo hará a medias.

Una de las cosas que más me gustan de Murakami son los personajes, son únicos, reales, llenos turbaciones, problemas, pasión, etc. Por norma general, son personajes a los que les cuesta encajar en la sociedad, son distintos al resto y eso los hace especiales.

Como ya dije en la reseña anterior, adoro las relaciones tormentosas y autodestructivas. Mirad cómo se describe el amor de la protagonista al principio de esta novela:

"Fue un amor violento como un tornado que barre en línea recta una vasta llanura. Un amor que lo derribó todo a su paso, que lo succionó todo en un arranque de locura, que lo machacó todo por completo".
Cuando leí estas líneas pensé: ¡este libro parece estar hecho para mí! Y en verdad es así, menos por lo que he dicho antes, su desconcertante final.